4 de febrero de 2014

TIU SALVAOR

El pasado lunes 27 de enero nos dejó sin meter ruido "mio tiu Salvaor", el último de mis tíos. Nacido el 14 de mayo de 1917, después de haber coronado ampliamente los 96 , fue venciéndole poco a poco el peso de los años. Su trayectoria vital fue sencilla, apegado a la tierra y al control imperecedero de las montañas circulares de su Caliao natal. La rutina de toda la vida, de ir y venir "pel camín de Treslesgüertes", trabajando, haciendo más habitable la tierra en la que le tocó vivir, con la pasión de la piedra metida en las venas, sin desaprovechar por tanto el desafío de verlas colocadas según los cánones, siguiendo el viejo ritual:
"Una sobro dos,
picos al cordel,
y que ninguna toque de él".

Salvador Aladro Poli (14-05-1917 // 27-01-2014)
 Jugando con una extraña capacidad espacial que le permitía ver una piedra enorme en todas las posiciones, como quien usa un moderno programa de arquitectura diseñado para un ordenador, pero que él tenía en la cabeza, instalado de serie. Tenía talento para ello y también experiencia. Tal vez sea esa la causa que quiera recordarlo como está en esta imagen, sentado en un muro de piedra que él mismo "murió", mirando la vida en el sosiego de la tarde, con la satisfacción del deber cumplido.
Le tocó vivir en tiempos convulsos, épocas difíciles de la historia en las que sobrevivir suponía toda una lucha, casi una heroicidad. Tiempos hubo en los que me contaba cosas, experiencias a veces durísimas, como cuando en compañía de mi otro tío, su hermano Avelino, rememoraban para mí aquellas noches durante la guerra civil en las que les tocó dormir al raso por el páramo de Teruel; cómo se juntaban cuatro soldados para poner dos mantas en el suelo y optimizar recursos, como fueron capaces de ir desgranado nombres en un itinerario en torno a Villarquemado con precisión de amanuense, después de tantos años y mi sorpresa por su precisión al haber pasado por allí recientemente. Le tocó vivir una guerra en los dos frentes, obligado primero por unos y luego por otros y quedar para contarlo. Me decía Pepe el de Rosalía: "Vi a to tiu Salvaor en Castellón de la Plana. Estaben muy probes. Tenía un capote remendáu y un uniforme muy roín". El estaba en un batallón de soldados italianos (Las Flechas Negras), unas fuerzas de élite, que tenían los mejores uniformes de la contienda, los mejores pertrechos, aunque éstos no sean garantía de supervivencia.¡Qué cosas tiene el destino! Vivir en Caliao en dos casas separadas por apenas veinte metros e ir a encontrarse andando por el mundo a más de 900 Km.
Pero lo importante es que como muchos de nuestros mayores tenía en su cabeza un caudal imponente de sabiduría de  la vida, un trozo nada pequeño de la historia de Caliao. Por eso me sentía tan a gusto a su lado escuchando sus historias, sus vivencias. Claro está que por razones de parentesco, su visión de las cosas me resultaba más cercana que otras, ya que muchas de sus historias también eran las mías. Nadie puede renunciar a su pasado.
 "Trabayamos tantu...", me dijo tantas y tantas veces, refiriéndose  a los de casa, su padre, él,  sus hermanos... Y efectivamente, qué duda cabe, que era verdad, una verdad incuestionable como lo fue su vida, sin pliegues, sin engaños.
Por eso hoy sé que soy más pobre, me falta uno de los míos, un ancla a la que poder asirme y sentirme seguro ¡Cómo lo voy a echar de menos!
Así que tiu, un fuerte abrazu y descansa en paz.

3 comentarios:

  1. Miguel mi mas sentido pesame!!! los vecinos de caleao estan dejando este paraiso que es ese hermoso pueblo para encontrarse en el otro paraiso!! un abrazo enorme.

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  2. Querido Miguel, lamento mucho lo de tu tio Salvador, a quien recuerdo mucho, era muy buena persona, al igual que sus hermanos. Un abrazo a Nicanor, amigo de mis años mozos, que tenia el mejor rebaño del pueblo.

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  3. ¡Pensar que solo hablé una vez con él, mientras le hacía una foto comiendo un trozo de chocolate, y me cautivó solo con su mirada! Se fue con la misma discreción que vivió. Que descase en paz con su querida Celia.

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