La procesión sale dando la vuelta a la iglesia. Dejamos a la espalda el Valle Isornu, para llegar al Valle de Ricao. La espadaña de la iglesia, como un centinela , vigila nuestros pasos.
La Galana. Un rincón entrañable y conocido para todos los que alguna vez conocieron o disfrutaron de este rincón de Asturias.
Mirando hacia atrás desde La Encrunceyaína, vemos la procesión, una parte del pueblo y la caliza. Algo que sentimos como propio, algo que nos identifica.
La estampa en La Puente Tablada es hermosa. La procesión se encuadra en un universo de prados verdes jalonados por el bosque de ribera que sigue el curso de los ríos.
Llegamos a Puru Francu, el valle se abre y cada mirada quiere competir en hermosura con la anterior en un paisaje empeñado en hacer honor a lo de "la Asturias verde de montes". La naturaleza se muestra agradecida a la mano del hombre que la moldea con sabiduría ancestral.
Fuente: Francisco Poli, "Fran"
Fuente: Francisco Poli, "Fran"
¡Que lujo de comentarios! Da gusto ver estas fotos acompañadas con unos textos tan exquisitoscomo estos. Escribes como los ángeles, amigo Miguel.
ResponderEliminar¡Gracias José!
ResponderEliminarVeo que me miras bien y que tu generosidad impide que seas objetivo. Gracias de todos modos.
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