Hablar de las navajas de Pedro Bermúdez es hacerlo de un acabado sumamente cuidado. Modelos tiene muchísimos. Los que aquí se presentan, en ningún modo se plantean exponerlos todos; más bien suponen un acercamiento a un artesano que bien podría ser un exponente del trabajo que realizan los artesanos de Taramundi. Todos tienen su sello personal en el trabajo, de la misma manera que todos comparten una forma de hacer, una pasión por la navaja que sin renunciar a la manera de trabajar, heredada de sus antepasados, han tenido el coraje de experimentar con otros materiales, atreverse con otras formas y compartirlas en las redes sociales.Eso es tanto como decir que han sacado a la navaja de Taramundi de las ferias tradicionales para ponerla en el mundo. Por otra parte la propia navaja ha pasado de la sencillez de ser casi una herramienta de trabajo, un objeto primordialmente funcional para ser muchísimo más. Antaño se circunscribía al campo, se hizo famosa por tener muy buen corte y ser fácil de afilar. Sólo se le pedía que fuera sencilla, robusta y ante todo útil para el trabajo diario. Ahora ademáss de encontrar modelos que siguen teniendo todo eso, con sus nuevos acabados, otros aceros, se está convirtiendo en un objeto de culto en muchos casos.
Pedro en el torno, a vueltas con un mango.
Una navaja con forman nuevas, tanto en la hoja como en el mango, siguiendo una rotación en espiral.
Una variación de la navaja clásica, con la argolla decorada y un mango novedoso en asta.
Ejemplos de navajas de injertar.
El último intento de Pedro es atreverse con un modelo clásico de navaja de muelles. Es un tipo de navaja muy conocido en España.Lo he visto con el sello de Salvadores, hace muchos años e incluso lo he visto similar en otras marcas. En Taramundi es toda una novedad.
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