REUNIÓN DE LOS QUINTOS.SEPTIEMBRE DE 2014

30 de septiembre de 2014

Como todos los años, por la Fiesta del Ballarte -que se celebra en El Barru, un barrio de Campo de Caso-, se reúnen en una comida de confraternidad los quintos de 1978, es decir los nacidos veinte años antes,  en el año 1958. Hasta la fecha siempre nos reunimos en lo de Avelino, en Linares y como la cosa siempre salió a gusto de los comensales nadie esgrimió la posibilidad de cambiar. Es una tarde medio mágica porque desde que se empezó a hablar de un mundo global, las relaciones humanas han cambiado, por más que estemos en los confines del mundo. Digo esto porque antes, como la gente se movía poco, se veían en todas las fiestas o en todas las ferias. Ahora, como cada uno vive en un sitio y trabaja en otro, se hace difícil coincidir y esta se nos antoja una disculpa tan buena como cualquier otra  o tal vez mejor, para verse y reunirse y compartir. Sí digo bien , compartir recuerdos, añorar personas, proyectar anhelos y en definitiva fabricar sueños que tal vez no se cumplan nunca, siempre deseándonos lo mejor...y , como siempre conjurarnos para hacer lo posible para volver a reunirnos el año próximo.

 El menú es siempre el mismo: criollos asaos, corderu a la estaca, ensalada, postres, café y chupitos. Hasta quedar como generales.

 Florentino, el de Félix y Conce, un amigo de La Felguerina, conocedor y experto en el oficio, fue el encargado de pasar un "atragantón" junto al fuego para que no nos faltara de nada.

 Recuerdan aquella canción: 
                                            "Con humo se aleja la abeja,
                                             con humo se saca la miel..."
Aquí lo mismo calor y ese humo de la leña de haya capaz de darle a la carne ese aroma mágico sin que le pese. La carne en su punto, jugosa y que se desprenda del hueso.

RICAO 2014 (VI). LOS MURCIÉLAGOS

19 de septiembre de 2014


Podrían hacer las delicias de cualquier naturalista. No es que están allí en cada fiesta; simplemente viven allí, y eso, claro, tiene muchas lecturas. Si hablan las mujeres que limpian la ermita, o las que lavan las sabanillas del ara del altar, dirán que están hasta las narices, que lo manchan todo. Los que simplemente entramos a escuchar la misa, tenemos los ojos acostumbrados a que pasen el oficio revoloteando porque los unos a los otros nos venimos a romper la hora, como los tambores de Calanda en Teruel en el Domingo de Gloria, cada Semana Santa.
Terminan los oficios y los murciélagos siguen allí como el dinosaurio de A. Monterroso, en el cuento más corto del mundo ("Cuando me desperté, el dinosaurio todavía estaba allí").




Fuente: Francisco Poli, "Fran"

RICAO 2014 (V). LA VIRGEN

Podría decir que la talla policromada de La Virgen de Ricao me parece bellísima. No obstante, siendo esto cierto, que cada cual juzgue por sí mismo, que como dice el acervo popularcon mucho tino, "la belleza está en los ojos del que mira".En casa de mio güela Aurelia , que atesoraban una fe natural y profunda, tenía la Virgen una aureola milagrosa. Mi abuela la llamaba "La Santina".
Resulta que un antepasado suyo, creo que su abuelo Indalecio, había caído herido en un brazo en África y llamó a la Virgen de Ricao. Lo oyó un "coyán" (gentilicio vulgar de los de Sobrescobio), natural de Llaiñes (Ladines) y como por proximidad geográfica había oído hablar de ella, se socorrieron mutuamente, dado que él también estaba herido en una pierna.De aquel suceso quedaron tres cosas: una fe ciega en nuestra Virgen, una amistad inquebrantable con los de Llaiñes y un "pre" o paga ridícula para mi tatarabuelo Indalecio  que resultó insuficiente para que dejara de vivir una vida de mutilación y pobreza, en su casa de El Oteru.



Es una talla románica, que sin ser crítico de arte y basándome sólo en lo que he visto en otras tallas, me parece que habría que encuadrarla en el románico altomedieval.: los rasgos físicos de la cara están muy depurados.
El añadido de la corona, a mi juicio extemporáneo, en vez de añadirle prestancia, se la quita.

Fuente: Francisco Poli, "Fran"

RICAO 2014 (IV). LA ERMITA

18 de septiembre de 2014

Decir que el Valle de Ricao no me resulta ni extraño ni indiferente, es no decir nada. Para mí está asociado a la vida, a mi vida. Creo que a  la vida de todos, pero para algunos seguro que cobra más sentido porque muchos momentos los hemos vivido en él. Podría decir que pesqué truchas a mano en el riu de Ricao, en la riega de La Gatera, en la riega L'Acéu, que en esas aguas luché con alguna anguila que no logré pescar, que vi alguna nutria, que recorrí esos caminos yendo y viniendo a Riellames, a Rielartu, a Pedrán,a Riaseguru...que bebí en sus fuentes, que trabajé en sus prados, que conviví con mucha gente que hoy ya nos ha dejado, pero no del todo porque siguen habitando en mi cabeza y en la de quienes los han conocido y disfrutado de su compañía.

La ermita de Ricao durante la misa, en la fiesta de 2014.
 En este contexto se sitúa La Ermita de Ricao: Asociada a la fiesta de su nombre y a mi deambular por el valle. Siempre allí, formando parte del paisaje y mucho más, dado que para mí siempre fue algo entrañable, propio, acogedor. Como tantos otros, yo también me refugié en su regazo para buscar techo en alguna tormenta. Y como en casa de mio güela Aurelia nos criaron con el marchamo de que La Virgen de Ricao era algo milagroso, indiscutible por otra parte, pues eso, que no la siento como una ermita más. Al contrario, como creo que gran parte de lo que uno es está en la crianza, para mí tuvo y tiene un significado profundo que supera en mucho el hecho religioso.

Un momento de la misa. Oficia D. Roberto
Lo que más me gustó desde siempre de esta ermita fue su austeridad monacal. La conocí sin nada. Sólo la imagen de La Virgen en su hornacina encalada, con las iniciales del Ave María, A V, que aún perduran en azul.

Un lugar en el corazón de los de Caliao
 De los añadidos que fueron sucediendo, el más importante, fue la reparación del tejado, que como suele suceder con lo que está cargado de años, se empeñó en venirse abajo... y hubo una fiesta en la que desde dentro de la ermita , al levantar la vista se podía contemplar el mismo azul que de noche acoge a las estrellas.
Se hizo el arreglo en sextaferia, como se suele hacer en Caliao con lo que se pretende que tenga la idea de continuar.

Imagen de la Virgen de Ricao en su ermita.


 Fuente: Francisco Poli, "Fran"


RICAO 2014 (III). LA PROCESIÓN

11 de septiembre de 2014

La procesión a su paso por La Encrunceyada, con el Picu La Guariza y Valdefaces al fondo. Es paisaje es muy bello. Personalmente no necesito ni siquiera cerrar los ojos para revivir mis recuerdos, ligados tanto a otras procesiones tantas veces repetidas como al tránsito por este lugar, en las dos ladreras del valle, desde la infancia, tanto para ir a Riellames como a Rielartu. 
Recordar a tía Juliana y a mi  madre santiguarse al pasar por Les Cuestes, a la altura de la capilla de Ricao para ir a Riellames de Arriba .Y sumergirse en los recuerdos es aferrarse a las personas, a la gente que di8o sentido a todo, a los que nos precedieron y enseñaron una manera de ser, una manera de vivir. En cada procesión me resulta inevitable recordar a los ausentes; unos porque han muerto, otros porque los abandonaron las fuerzas para hacer el camino.

¡Dejad que los niños se acerquen a mí!- dice aquel pasaje del Nuevo Testamento. Acompañando a la Virgen de Ricao van bien y seguramente lo habrán de recordar toda la vida.

 Y por fin llega la Virgen a La Ermita. Allí está su casa. Todos los años cuando llego, hay algunas mujeres sentadas en los tres peldaños de la entrada, esperando que alguien abra la puerta; alguna con esa tristeza sin disimular, ensombreciendo sus ojos que miran para dentro, recordando a los ausentes. Otras me lo dicen explícitamente. Personas a las que quiero, que me dicen que allí se reencontraban con mi madre, para entrar juntas a la ermita.

 Antes del comienzo de la misa, la gente se reúne, se saluda, se da fuerzas. Son momentos para compartir.

Siempre me fascinó la mirada serena de las vacas, el universo que reflejan sus pupilas negras, redondas, como si fuesen el negativo del mundo. Viendo una imagen así, no puedo dejar de pensar que con ella se va una parte importante de la cultura de estos pueblos, un poderoso sustrato del campo de estudio de la Antropología, una parte nada despreciable de ese vocabulario temático que se muere con el desuso y que esta imagen atesora: guiyada, xugu, mullíes, cornales, sobéu, melenes, mosqueres, cencerros...eso sin entrar en el significado de dar "una vuelta de alloriu al asobear", ni mencionar las partes del "carru".Cuando todo esto se muera, una parte de nuestra cultura y una parte de nuestras señas de identidad se irán con ella.

Fuente: Francisco Poli, "Fran"

RICAO 2014 (II). LA PROCESIÓN

10 de septiembre de 2014

 La procesión sale dando la vuelta a la iglesia. Dejamos a la espalda el Valle Isornu, para llegar al Valle de Ricao. La espadaña de la iglesia, como un centinela , vigila nuestros pasos.

 La Galana. Un rincón entrañable y conocido para todos los que alguna vez conocieron o disfrutaron de este rincón de Asturias. 

 Mirando hacia atrás desde La Encrunceyaína, vemos la procesión, una parte del pueblo y la caliza. Algo que sentimos como propio, algo que nos identifica.

La estampa en La Puente Tablada es hermosa. La procesión se encuadra en un universo de prados verdes jalonados por el bosque de ribera que sigue el curso de los ríos.
Llegamos a Puru Francu, el valle se abre y cada mirada quiere competir en hermosura con la anterior en un  paisaje empeñado en hacer honor a lo de "la Asturias verde de montes". La naturaleza se muestra agradecida a la mano del hombre que la moldea con sabiduría ancestral.

 Fuente: Francisco Poli, "Fran"

RICAO 2014 (I)

9 de septiembre de 2014

 Contra el cielo azul, entre las flores, se recorta la silueta de la Virgen de Ricao. Entrañable, la mano extendida, en su majestuosa dignidad que debería sujetar la bola del mundo para seguir los cánones del románico y que los avatares del tiempo han arrancado, pero no importa; sigue representando lo mismo.
El bandón del carru asomando nos recuerda el trabajo gremial, la fragua, el fuego.

 La veo y siento la fe de mis abuelas, de mi madre; una fe sin preguntas que nunca necesitaron. Un sentimiento sin más, nacido del corazón o simplemente heredado. Tal vez sea necesario haber nacido aquí, vivido aquí entre esta gente para entenderlo. Es el mismo sentimiento que tiene otra gente en otro lugar con otra Virgen de distinto nombre...y si no es el mismo sabemos que está hecho con la misma materia imperecedera de los sueños.

Nuestra Virgen es una Virgen románica y como tal ejerce de reina, mirando a su pueblo. No la llevan en una carroza tirada por corceles blancos. La suya está tirada por vacas como corresponde a un pueblo que debe todo lo que es a tan noble animal.

No es casualidad que la fiesta sea una fiesta estacional, después de la faena de la hierba, que marca el pulso (o marcaba) de  toda la montaña asturiana.


La procesión se pone en marcha, desde la iglesia matriz, la de Santa Cruz la Real de Caliao hasta la ermita de Ricao.

 Fuente: Francisco Poli, "Fran"