Es el reencuentro con paisajes y personas ya contados, descritos de forma oral. Paisajes y personas de alguna manera conocidos, idealizados las más de las veces, añorados al fin , donde se funde lo propio y lo ajeno. Cuando uno se adentra en esos mundos creados por la literatura, paisajes que pasan a existir con tanta fuerza como los reales y los compara con estos otros paisajes narrados, se ve como diferencia más potente que aquellos son estáticos, inamovibles, en llos que la vida se sucede sin cambios y éstos, absolutamente cambiantes. Probablemente el Caliao que encuentran Angélica y Avelino, los hijos de Avelino Armayor, se corresponda poco con aquel Caliao que les contó su padre.
Vuelven a los orígenes y sin embargo se encuentran con un choque brutal entre lo escuchado y lo visto. O tal vez no, y ese cambio tan impresionante, que en realidad es el choque entre dos modos de vida, solo lo percibamos los que estamos aquí, cosidos a esta geografía.
En todo caso, ellos están aquí, seguramente dando vida a los recuerdos yb poniendo cara a mucha gente conocida y sin rostro. Cuentan con dos "Cicerones" inmejorables, Francisco Poli y Marisa Poli, pues ambos conocen de primera mano las dos orillas del Atántico, que no es otra cosa que conocer las dos caras de la emkigración. Ambos vivieron una parte de sus vidas como emigrantes en el Gran Buenos Aires, ambos han vuelto a sus orígenes. por tanto los menjores tanto para contar como para entender.
En un rincón de Caliao donde están "fendiendo llena", preparando "un tarmeru" para el invierno.
Son Angélica Armayor, Marisa Poli, Carmen Bosio con su marido Avelino Armayor y Francisco Poli Miguel.
Los mismos protagonistas con el fondo de "la muria del güertu de Amor Aladro", la hija de Celedonio Aladro, "Coto".
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