Hay imágenes que saben resistir la herrumbre de los días. Ésta es una de ellas. Milio Paraína de joven a caballo, tal vez yendo a una fiesta a juzgar por su indumentaria y el caballo tan ajaezado. En aquella época, sólo algunos afortunados iban a las fiestas de otro pueblo a caballo. No sabemos si es el caso, ya que lo normal era hacerlo a pie. Ir así entonces era lo mismo que hacerlo hoy en ferrari rojo. Luego estas aventuras ya formaban parte del acervo de recuerdos y vivencias de cada uno.
Personalmente me gusta verlo así, tan bien, después de haberle escuchado aquellas peripecias de infancia a las que nunca renunció y que en cierta manera forjaron su personalidad. Eran tiempos difíciles para casi todo el mundo y él no fue una excepción.
Fuente: Familia Paraína
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