Me gusta mucho esta foto y sin embargo, me faltan las palabras para hablar sobre ella. Son José Díaz, Monchu Calvo y Arturo Aladro, mi hermano.
Aquel día de diciembre de 2013, no recuerdo con exactitud cuál era, habíamos ido juntos Arturo, Rosa Pilar y yo, en coche hasta Les Cases de Baxu, y luego cabián arriba hasta Loncín. LLegamos a punto de comenzar el concierto de Solsticio 2013. La mañana estaba fría, con algo de nieve en el prau. A los músicos les costó el final cuando las manos acusaban la temperatura del ambiente. Fue una hermosa experiencia confraternizar con un montón de amigos en un paisaje privilegiado y disfrutar de la música sinfónica como si estuviéramos sumergidos en el sueño de un sueño.
Mirar ahora esta foto, es no creerse que todo haya cambiado tanto, que la partitura que la vida nos tenía preparada para interpretar contuviera pasajes tan duros y la tuviéramos que interpretar nosotros.
Permanece la montaña, atesorando el alma de los que transitan por estos valles, manteniendo imperecedero el privilegio de ver amanecer cada mañana, recoger los primeros rayos de sol cuando hay sol, y ver cómo la vida se pone en funcionamiento.¡Qué paradoja!
La misma montaña por donde van las águilas, la que sabe de nosotros, como nosotros sabemos de ella. La montaña que protege y da sentido a esta tierra.Nos queda la montaña, los paisajes de lo vivido. los recuerdos.
Cuando Fran ha visto la entrada, precisa que la fecha era el 21 de diciembre, I Solsticio de Invierno. Pienso en la paradoja de la noche más larga y lo que eso puede llegar a esconder.
Cuando Fran ha visto la entrada, precisa que la fecha era el 21 de diciembre, I Solsticio de Invierno. Pienso en la paradoja de la noche más larga y lo que eso puede llegar a esconder.
Imagen : Fuente Francisco Poli.
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