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Éste es Juan Calvo Fernández en Buenos Aires.Es una instantánea bellísima de una persona entrañable, de la que me dicen que era tan trabajadora y tan buena que me parece una pena que haya tenido que emigrar. Me basta recordar que mientras le preparaban el "almuerzu"(desayuno) en Caliao, liaba a su padre los cigarrillos de picadura que iba a fumar durante el día. Ante una persona así, declaro abiertamente mi admiración y respeto. Y para colmo me parece que la vida no le trató conforme a sus merecimientos; más bien creo que fue muy injusta con él.
"En una ocasión, fu mio madre a ayudalu a cargar un carru d'herba a Los Fidalgos(Riaseguru).Llevaba'l carru con una parexa gües. Mio madre era una rapaza y non había cargáu nunca ningún carru y fu mandando-y elli cómo lo tenía que facer. Cuando acabaren dixo-y Juan: Facístilo muy bien nena. Quedó como calcáu d'un jilgueru."
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