Hace mucho que tengo ganas de colgar esta foto. Es algo que le debo tanto a Ani como a mi mismo. Son Benigno Fernández Vega y Costante el de Celedonio, en Puebla de Lillo (León). La imagen me la manda Ani, la hija de Benigno, desde Buenos Aires y tiene mucho encanto. Está sacada en la fragua de Constante el de Celedonio en Lillo. Constante hacía navajas artesanas y surtió de ellas a todos los de Caliao. La primera navaja que yo compré, era de las suyas. La compré en Casa Zulima a su marido Santiago Poli. Las tenía a la venta mayormente para los cazadores. Recuerdo que me costó 1000 pesetas de aquellas que entonces yo no tenía. La llevé conmigo a Salamanca en mis tiempos de estudiante. Era en 1977 y creo que le rompimos la punta por utilizarla como destornillador arreglando un armario en aquel piso de estudiantes de la Av. del Rollo (hoy Av. de Los Comuneros). La renta del piso en el 78 era de 12000 pesetas.
Pasó el tiempo y me sigue gustando el mundillo de las navajas artesanas y el contacto con los artesanos sobre manera. El mundo de la metalurgia, desde Vulcano hasta nuestros días, tiene un no sé qué que cautiva, que engancha.
Son Constante el de Celedonio el de Máxima, Avelina, su cuñada (esposa de su hermano Enrique), Benigno Fernández Vega y el perro. ¡Cómo me gustan los perros en las fotos! me parecen algo más que invitados, o en todo caso, invitados de lujo.
Fuente: Ana María Fernández Ruiz, Ani
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