EDELMIRA PRADO PRADO

21 de marzo de 2015


El pasado viernes 13 de marzo, despedimos a Delmira en el cementerio de Caliao. Así la llamamos siempre quienes compartimos con ella vecindad, confidencias y esa amistad irrenunciable, amasada a lo largo de los años. Pese a sus 97 años, creo que a todos nos pilló por sorpresa su fallecimiento. Cada vez que preguntábamos por ella, ya que vivía en Avilés con sus hijas, siempre nos informaban que estaba bien, con la misma lucidez y aquella memoria prodigiosa de siempre. Escribir ahora sobre ella es hacerlo de una buena persona, siempre alegre y por tanto muy querida por quienes compartieron vecindad y fatigas con ella. 
-"Era muy bona muyer"- me comenta mi madrina Serafina Calvo, quien fue vecina suya siempre, mientras rememora una serie de anécdotas, graciosas con los años, pero que no quiero que consten aquí porque, de alguna manera, les pertenecen a ellas.
No obstante, podemos mencionar aquellos años en los que no había agua corriente en las casas y había que ir a por ella a la fuente (la traída se hizo creo que en 1964). En su caso iban a por ella a  la fuente de Xomperi y había que subir con el el caldero en la cabeza todo el rato. En esas estaba cuando al pasar por delante de la casa de Serafina, esta le dijo:
-"Ay Delmira, bien agua gastaes"
-"Y eso que lo economizamos tantu... Si tú sobieres Fina..."
En lo personal,yo siempre la habré de recordar caminando muy vivo, con sus dos palos de camino a La Bustariega o en torno a su casa  con su risa espontánea. Siempre me quiso, y me llamó "nenu", supongo que por ser coetáneo de su hijo L. Santos, al que me imagino que le llamaría así. De la misma manera, yo también tuve una relación muy afectiva con ella. Para mí era y es una persona importante, de la que guardo un recuerdo inmejorable. Cada vez que nos falta una de estas personas que pueblan mis recuerdos, que desde mi manera de ver la realidad, nos enriquecieron a todos, siento que el pueblo es más pobre.
Pude ver a sus hijas, a sus nietos, cosa que no se antoja nada fácil, así como a su sobrina María de los Ángeles, a quien no había vuelto a ver desde su infancia y la mía. Aventurar el número de años que pasaron, supone un ejercicio de aritmética, que por supuesto no tengo intención de hacer. De todas maneras me alegró mucho verlos y siento que haya sido un hecho tan luctuoso el que haya logrado juntarnos.
Que Delmira descanse en paz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Miguel no se como agradecerte esto.Mi tía era especial yo siempre comentaba que para nosotros era un lujo rápida,lucida y amena y con una memoria que para mi la querría,su mayor virtud era ayudar en lo que ella consideraba una necesidad, ya se que puede parecer un tópico pero yo lo siento así.Me hubiera gustado volver a Caleao en otras circunstancias.

Muchas gracias y un fuerte abrazo Mª angeles Gonzalo Prado

Juan Miguel Aladro dijo...

Querida Mª de los Ángeles, no hay nada qué agradecer.Suscribo cada una de tus palabras.Me gustó mucho verte. Tenía muchas ganas y al final casi no hablamos, pero entiendo que los dos somos capaces de hacerlo sin palabras.

Anónimo dijo...

Querido Miguel, hasta hoy no tuve fuerzas para poder darte las gracias por todas las cosas buenas que has dicho sobre mi madre. También quiero dar las gracias a todos los que asistieron de una u otra forma a dar el último adiós a nuestra entrañable "güelina".
Te tengo siempre presente, un fuerte abrazo.

Tere.

Anónimo dijo...

Miguel, que hermosa descripcion de tia Edelmira, asi la llamo yo; sobrina de mi abuelo, (al que no pude conocer), tuve la gran suerte de poder abrazar, charlar y acercarme a mis raices en el año 2013.Faltaba muy poquito para que pudieramos reunirnos nuevamente y compartir charlas, pero no pudo ser. Igualmente le doy gracias a la vida que pude conocerla y disfrutarla por un ratito. te quiero mucho tia Edelmira, siempre te voy a recordar con mucha alegria, la misma que irradiaste vos.
Silvia