La, primera Palomba, en Riellames con mi hijo Miguel de 6 años y la última Palomba junto a casa con mi padre a sus 88 años, después de "marcar".
La vaca en Caliao supuso hasta la fecha el "modus vivendi" del pueblo. Por tanto además d tener nombre, marcan los ritmos de los ciclos de la vida que son estacionales y se van repitiendo año tras año.El resultado es un paisaje extraordinario fruto del trabajo del hombre.Si falta uno de estos elementos el paisaje será diferente y sin duda se habrá deteriorado.
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