Podría decir que la talla policromada de La Virgen de Ricao me parece bellísima. No obstante, siendo esto cierto, que cada cual juzgue por sí mismo, que como dice el acervo popularcon mucho tino, "la belleza está en los ojos del que mira".En casa de mio güela Aurelia , que atesoraban una fe natural y profunda, tenía la Virgen una aureola milagrosa. Mi abuela la llamaba "La Santina".
Resulta que un antepasado suyo, creo que su abuelo Indalecio, había caído herido en un brazo en África y llamó a la Virgen de Ricao. Lo oyó un "coyán" (gentilicio vulgar de los de Sobrescobio), natural de Llaiñes (Ladines) y como por proximidad geográfica había oído hablar de ella, se socorrieron mutuamente, dado que él también estaba herido en una pierna.De aquel suceso quedaron tres cosas: una fe ciega en nuestra Virgen, una amistad inquebrantable con los de Llaiñes y un "pre" o paga ridícula para mi tatarabuelo Indalecio que resultó insuficiente para que dejara de vivir una vida de mutilación y pobreza, en su casa de El Oteru.
Es una talla románica, que sin ser crítico de arte y basándome sólo en lo que he visto en otras tallas, me parece que habría que encuadrarla en el románico altomedieval.: los rasgos físicos de la cara están muy depurados.
El añadido de la corona, a mi juicio extemporáneo, en vez de añadirle prestancia, se la quita.
Fuente: Francisco Poli, "Fran"
1 comentarios:
Dices bien un comentario muy acertado, la corona se sale un poco de la talla.
Publicar un comentario