La llamera montés de La Primaliega es un olmo de montaña (Ulmus glabra) al que tantas veces identifiqué con aquel otro olmo seco, también centenario, al que glosara Machado en las orillas del Duero.También a éste pude ver algunas hojas verdes, cuando ya parecía seco , "...con las lluvias de abril y el sol de mayo...".Ahora , después de ver entrar el s.XXI, permanece allí, mudo y tierno, guardando los secretos de las últimas generaciones.
Por eso quiero recordar los versos del poeta:
"Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera."
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