Si el fin último de un viaja como este era confraternizar "con la otra parte", a mí me basta recordar que hace tiempo que lo vengo/venimos haciendo, manteniendo la vieja amistad con una gente encantadora como Pepe y Lucinda.¿Qué buena gente! Como no podía ser de otra manera fuimos a verlos y a darles el abrazo sentido de los que no pudieron ir.Igual que siempre fue una visita muy agradable.
Pepe y Lucinda en la cocina de su casa.
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