El nuestro es un país de grandes chefs y cocineros. Baste recordar a J.M. Arzak, su hija Elena, P. Sobijana, M. Berasategui, C. Arguiñano, Ferran Adrià...entre otros. Personalmente prefiero estas dos cocineras, Jesusa y Raquel Alonso Cabeza, que en la imagen andan a vueltas con la parrilla y los churrascos. Tal vez sea "porque no están maduras" como en la fábula de "La zorra y las uvas" o porque como dicen en Caliao "tengo una boca como un azáu" (como "un hachu" dirían los de La Cuenca del Nalón) o sencillamente porque son "de casa". De todas formas sé de buena tinta, -ya lo pude comprobar-, que estas dos hermanas son capaces de satisfacer a nivel culinario los paladares más exquisitos, aunque no figuren sus nombres en ningún libro de cocina. Tuvieron buena maestra en casa: su madre, Ángeles, tenía bien ganada su fama de cocinera y repostera. Cuando se hacían las bodas por las casas, era quien "pinzaba" los roscones, haciendo verdaderas obras de arte. Así que cuando dicen que hay que cocinar con amor, debemos advertir que ella supo llevarlo hasta las últimas consecuencias. Y la cara de satisfacción de Raquel... ¡No tiene precio!
Fuente: Jesusa Alonso
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