MURUJA PIÑERA EN CALIAO

16 de junio de 2013

Maruja Piñera había estado en Caliao, creo que hace dos años. De hecho yo había hecho alguna foto y la había puesto en este lugar de encuentro.Las que siguen las encontré en casa de mi madre por casualidad. El lugar es la casa de Joaqui Alonso Aladro  y estas fotos casi con toda seguridad las hizo su hijo Fernando. Como quiera que sea , me gustan mucho. Ya era consciente entonces -ahora lo soy mucho más- que tenían tanto de encuentro como de despedida ¡Y eso es muy duro!


Me parece admirable que después de un paréntesis tan largo como puede ser una vida separados sepan retomar sus vivencias  de la infancia con la misma nitidez que si hubieran ocurrido ayer por la tarde. Esta foto, por dentro y por fuera, podría titularse "Detrás de un horizonte de manzanas" porque entiendo que desnuda el alma. En este momento están en su burbuja, hablando de sus cosas. Son Celia Cabeza Calvo, Maruja Piñera Aladro, con sus primos Salvador y Nicanor Aladro Poli. Me parece emocionante y emotivo que estén juntas personas de tanta edad y que tengan cosas qué decirse. Maruja, después de hacer su vida en Bs. As. Los demás después de haberla vivido en Caliao. Uno lo piensa, comienza a echar las cuentas y se da cuenta que el grupo atesora un itinerario vital que sumando la edad de todos, sobrepasa los 440 años, y le da vértigo.
Me encuentro a gusto con mio tiu Salvaor, tan dueño de sus silencios, sin sentirme incómodo, preguntándole cosas cuya respuesta conozco, por el puro placer de escuchar su voz. Claro que para los cercanos, en estas fotos dice mucho más lo no escrito que lo escrito, porque es imposible dejar de verlas con el corazón.

Aquí aparece mi madre en la misma escena, Celia escuchando lo que dice, Maruja Piñera, que aparece tapada, mio tiu Salvaor y mi padre de espaldas. Al fondo, como en otra dimensión, yo mismo, Fernando Torre, Joaqui Alonso y Amor Aladro.

Los mismos personajes. La luz sepia, añade intimidad al encuentro. Parece que es un color para pintar los sentimientos.Uno no puede dejar de recordar los versos de Alfonso Camín otro emigrante asturiano universal. Lo dice bien a las claras en el soneto titulado:                                           “Retorno a la tierra” 

Cuando retorno a la quintana, pienso
en lo que fuí y en lo que soy; recorro
la altiva cumbre, el farallón inmenso,
el peñascal de donde salta el chorro
fuerte del manantial. El humo denso
del horno familiar. El abejorro
en los castaños. El maíz suspenso
de la panera en la heredad. El corro
de mozas en el baile y en la fuente,
el roble hermano que al terrón se aferra,
y me interrogo inexorablemente
si soy el roble con el viento en guerra,
¿cómo viví con la raíz ausente?
¿cómo se puede florecer sin tierra?

Fuente: Fernando Torre Alonso, Ferchi

1 comentarios:

Ani (Bs As) dijo...

Muy guapas y entrañables todas estas fotos. Con el color sepia, mejor!!