Siempre me resulta un placer estar con mio tiu Salvaor. Es el último tío que me queda y nadie sabe lo que me llena estar con él, viéndole dar "vueltes al cayáu", contándome cosas sin necesidad de preámbulos, como si acabáramos de estar juntos, aunque hubieran pasado unos meses. Esta vez estaba en la calidez del portal de su casa, viendo pasar el tiempo como si fuera algo ajeno y en realidad debe de serlo. Cada vez que lo veo no dejo de recordar la voz cautivadora de Violeta Parra en aquel tema de "Volver a los diecisite" porque mio tiu no es que quiera volver a los diecisiete, es del diecisiete, es decir, de 1917, con lo que si echamos las cuentas veremos que atesora 96 espléndidos años, cumplidos el 14 de mayo, con una cabeza que conserva toda su plenitud. ¡Un lujo, afortunadamente!
Mio tiu Salvaor en el portal de su casa. ¡Y que siga girando el mundo! O como dicen en Caliao, tan dados a la metáfora para referirse a lo que no podemos controlar, "Que vaya'l riu per encima les piedres".
Con mi esposa Rosa Pilar, el día que lo fuimos a visitar a su casa de Caliao, el viernes 8 de agosto.
Para mí son imágenes entrañables, de esas que no te cansas de mirar. Claro está que el protogonista es mi tío y espero que lo siga siendo por muchos años para que pueda seguir llenándome el alma.
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