Desde la iglesia de Santa Cruz la real de Caliao, la iglesia matriz, la procesión se pone en Marcha. Toribio Calvo y su familia esperan a que la Virgen pase para incorporarse. Los demás inician la marcha hasta la capilla de Ricao.
Aparte de aportar el tipismo de lo que era la vida en el pueblo, el paso de buey siempre me pareció que aportó la parsimonia necesaria para que una procesión que pretende recorrer unos dos Km. lo haga con el ritmo preciso. Marcar un buen ritmo es algo muy importante. De eso saben mucho los ciclistas y cuantos recorren grandes distancias.
La procesión pasa por detrás de la iglesia. Los pilares de caliza le aportan una personalidad especial, un empaque que no encuentro en otros sitios. Además, si recurrimos a la toponimia, se explica el nombre de Caliao, pueblo de caleros, donde se hacía la cal quemando la piedra caliza. Que yo sepa quedan tres topónimos (El Caleru, en el Valle Isornu, el monte El Caleru y el Caleru, donde Les Calzaes, llegando a la Campa'l Riu).
Al fondo, D. César, el señor cura, quien pese a haber permanecido poco tiempo entre nosotros, supo hacer una labor pastoral impresionante. Sin desmerecer a nadie, lo vamos a echar de menos y, ahora que va a incorporarse a un nuevo destino, queremos desearle lo mejor y recordarle que guarde en su corazón un hueco para los de Caliao, de la misma manera que ellos le guardan un sitio para que recuerde donde dejó muchos amigos; para que vuelva sabiendo que vuelve a su casa.
La música del país abtre la procesión, algo que a los de aquí, suele emocionar.
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