Miradas para los que están cerca, miradas para los que están lejos. Paisajes vividos y paisajes añorados.
Miradas cómplices al fin y al cabo de quienes recorren la geografía física y la espiritual al mismo tiempo, incapaces de separar paisajes y recuerdos.
La nieve en lo alto, con su manto espeso, que viene para quedarse. Unas pinceladas frías en los colores cálidos.
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