Es éste un recordatorio del fallecimiento de Mª Isabel Calvo Durán (tía Sabel). Me parece pertinente ponerlo aquí por dos razones:
En primer lugar, porque en todos los casos una esquela o la muestra de agradecimiento como es el caso, es una fuente importante de datos. Figuran en ella los miembros de una familia.
En segundo lugar, si fue capaz de aguantar como entidad física los rigores del tiempo hasta hoy (han pasado 58 años largos), bien merece un último esfuerzo para salvarla del olvido.
No seré yo en ningún caso quien la condene al ostracismo.
No seré yo en ningún caso quien la condene al ostracismo.
Tía Sabel, estaba casada con tiu Maximino el de Lalo, el hermano de mio güelu Manuel Aladro (Manuel de Lalo). En la relación de miembros de la familia se ha omitido a uno de los hijos, Antonio, una de las víctimas de la guerra civil. Antonio era"canteru" y trabajó en bastantes obras con mio güelu Manuel. Claro está, hablamos de antes de 1936, antes de la guerra. Tía Sabel vivió muchos años en El Campanariu. Siempre oí decir "que era muy bona muyer".
Le comento a Ferchi que tengo que añadir un detalle sin mencionárselo, y como si fuera una premonición, me habla de lo mismo, solo que aumentado. Me comenta que también él vino a nacer un 9 de noviembre -para confirmar que la vida se renueva siguiendo unos caminos inexcrutables- y lo que es paradógico, me habla de la tía Benigna, de quien quería yo hacer un comentario. Como siempre tuvo su corazón dispuesto a acoger, también a mi me tocó disfrutar de sus brazos maternales, ir a comer a su casa en La Calzada tantos domingos y sentirme querido y arropado. Le hubiera gustado esto y como dice Ferchi con tanta verdad, nos proporcionaría muchos datos y todos muy valiosos. Claro que comparados con lo que verdaderamente tenía valor serían insignificantes... porque en lo verdaderamente importante y meritorio, que fue tirar por la familia en Gijón desde la sombra, sin meter ruido, en una labor callada y eficaz, sin olvidar a nadie, consciente de las necesidades allí donde las hubiera, dejó huella y "memories" como dirían en Caliao. Mi madre lo resumiría en una frase corta y tajante: " Fu mu bona colos probes".Su casa siempre estuvo abierta para todos y su mano y su corazón dispuestos a ayudar. Su marido Fausto no era ajeno a esto: era partícipe. En nuestra casa los queríamos mucho a los dos, y en lo personal, el recuerdo que me queda de ellos es el de dos personas extraordinarias.
Fuente: Jesusa Alonso Cabeza
1 comentarios:
Un gran documentu Miguel. Además, como si el destino quisiera recordanos el ciclo de la vida, un mismu 9 de noviembre fui a nacer yo, el su bisnietu.
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