PARA LA TERNURA SIEMPRE HAY TIEMPO

2 de mayo de 2013


Para la ternura siempre hay tiempo. Una cocina, un pequeño universo conocido, transitado por seres conocidos, por objetos familiares. La mirada serena, tranquila, llena de confianza de Álvaro, la de su abuelo Bienvenido queriendo sobrevolar el futuro, escudriñando la esperanza hasta en sus más recónditas rendijas. El gato, el horno del pan que llenó de aromas tantas veces este espacio, la chimenea... Calor de hogar, la protección de la familia.
Bienvenido Gonzalo mirando a su nieto Álvaro, su primer nieto.
Fuente: Serafina Calvo

1 comentarios:

Ani (Bs. As.) dijo...

Una escena llena de ternura. La mirada del abuelo, aunque no la veamos, dirigida por entero a su nieto, y él, que se toma del dedo del abuelo con total tranquilidad! Muy bonita.