Maximino Aladro Poli (1911-1916) era el segundo de los hijos de los mios güelos. Estaba soltero. Conviví mucho con él y jamás lo oí quejarse de nada.Austero en la vida hasta el exceso, me consta que le tocó trabajar mucho y en todos los sitios en los que lo hizo lo querían mucho.Tenía una filosofía particular de la vida, según la cual lo importante era no apurarse nunca, aunque terminara el trabajo mucho después que los demás. Me contó muchas historias de la guerra, algunas espeluznantes del frente en Bilbao...pero nunca dejó de sorprenderme. Recuerdo un día en el que estábamos los dos comiendo "en portal de la corte baxu de Les Cabaes y hablando de temas de iglesia me dijo: hay que respetar" o aquella otra en El Oteru donde me dejó anonadado con su sentencia: "dicen que hay libertad y tenía que haber libertad", viniendo de una persona que a duras penas sabía leer. Sus padrinos eran Faustino Portugal y Josefina Fernández. En estas imágenes anda a la hierba, ya de mayor, en la güerta de Sobropoli de José Fernández. Murió a los85 años.
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1 comentarios:
Hay sabiduría que no viene con los libros. Seguramente este tío tuyo la tenía!
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