La Virgen en su casa, en su ermita, durante los oficios religiosos. Cuenta la tradición que en su día querían construir la ermita en el Valle de Ricao, pero más arriba. Cada vez que subían las maderas volvían a aparecer abajo hasta que vieron que la Virgen quería la ermita en su emplazamiento actual. Esto que cuenta la tradición, con lo que nos criaron a nosotros es común a muchos otros templos marianos. De todas maneras este santuario tenía una casa de peregrinos junto al río con una cuadra para las caballerías, en la explanada que hay delante, terrenos que siempre fueron de la iglesia y me imagino que sigan siendo. Antiguamente se iba a la romería con la comida y después de misa se reunían las familias a comer en el Prau de la Encrunceyada que luego fue de Enrique Calvo.
La Virgen en su ermita. Después de la romería retornará otra vez a la iglesia de Santa Cruz en Caliao.
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