No es mi intención hacer un inventario de los artesanos de la navaja de Taramundi. No es este el foro ni el lugar adecuado para ese fin. Dicho esto, sí que quiero recordar a una gente que tiene significado para mí y con los que he pasado unos momentos entrañables, bien solo, bien acompañado por otros. En mi paso por esas tierras, tuve la oportunidad de conocer a muchos artesanos mayores.Era entrañable escucharlos, admirar su sabiduría imperecedera. Yo sentía como un lujo el hecho de que siguieran haciendo navajas mientras su vista y sus facultades se lo permitieran. En todo caso, si alguien entiende que si una persona mayor hace alguna
navaja, está haciendo competencia desleal a los que están en activo no
tiene ni idea, en mi modesta opinión. Antiguamente las navajas se
querían para el uso cotidiano. Por tanto se les pedía buen corte y que
fueran resistentes. En la actualidad, los componentes estéticos tienen
tanto predicamentcomo los matices prácticos. Nadie es ajeno a que muchas
navajas tienen un fin puramente decorativo, de coleccionista. Esta
teoría vendría a confirmar que ya no se venden "corones" (cuchillos
sangradores) porque se han dejado de hacer las matanzas por los
pueblos.Nadie los compró nunca como objetos decorativos. Ahora, a nivel
sociológico, todo se compra y ya no hace falta la reciprocidad (léase
La familia rural asturiana, García Martínez, Adolfo).
Por
tanto según mi manera de ver la realidad, estos viejos artesanos, si
hacen alguna navaja, no quitan; más bien ponen en lo difícil y lo
importante: dignificar la profesión. Y no me quiero meter con el
concepto del mercado global, ya que en ese caso tendríamos que hablar de
las navajas chinas y yo lo resumiría diciendo que "pa ellos". Nadie
pretende negar que hay muy buenos aceros en el mundo; sin embargo eso no
quita nada del embrujo de estos artesanos que pasaron la vida
reciclando los aceros de limas de desecho en navajas y cuchillos
preciosistas, a golpes de martillo sobre un yunque.
Puntualizado esto, no sería ni justo ni agradecido dejar de recordar a quienes me acogieron con tanta generosidad. Por todo ello no quisiera abandonar estas páginas sin mencionarlos:
JOSÉ MARÍA BOUZA
La última vez que pasé por Taramundi, no lo encontré en su casa. Es una persona de trato franco, muy llano, que trabaja en una fragua donde no llegaron los cambios. A mí me gusta así y quiero pensar que mientras le queden facultades seguirá haciendo alguna navaja. No sé si será así, pero sería una manera de mantener con vida la casa, ahora que los pueblos se están despoblando o en todo caso perdiendo identidad.
Cuando paso por Mousende y hablo con Bouza, ajenos los dos al tiempo que marcan los relojes, lo mismo hablamos de navajas, de sus quehaceres diarios o de esa vaca que tiene como mascota.Me parece tan buena persona que lo trasmite a todo lo que hace.
PEDRO CONDE BERMÚDEZ: Hace cuchillos en Vega de Llan. Es de los artesanos jóvenes que siguen tirando por el oficio.Espero que le vaya bien y que sigan teniendo mercado.
MANUEL BIJANDE: Hace varios modelos de cuchillos dibujados en Aguillón.
2 comentarios:
Buen reportaje sobre Taramundi,tambien he leido las entradas de los artesanos y has hecho un gran trabajo.
Tengo el placer de haber conocido a varios artesanos de Taramundi y ante todo son gente maravillosa como bien relatas.
Le felicito por le trabajo
Un saludo: Ivan
¿que haces por aqui paisano?
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