Ésta es una de esas historias que uno no sabe contar muy bien pero que en cambio son emotivas y emocionantes. Ha pasado demasiado tiempo y uno lo que conoce lo conoce de oídas, con el agravante de que cuando las oyó, no prestó demasiada atención, pensando que los informantes iban a estar siempre ahí, con la memoria intacta para acudir a ella siempre que uno quisiera.
Por razones obvias, eso no es así para nadie y uno acaba lamentándolo. De todas maneras uniendo pinceladas de aquí y de allá, podremos construir un relato, que aunque se asemeja a los relatos de ficción, nada puede resultar más dramático que la realidad misma.
Mi bisabuela materna, Serafina Calvo Díaz, era hija de Margarita Díaz (Lita) y de Miguel Calvo. Siendo una niña, quedó huérfana, pues su padre y su madre murieron los dos con 25 años; el uno de una congestión de cerezas "andando a l'herba" en Riellames, lo que le llevó a subir La Cabiana Rozaqué "a gates" para llegar a casa y morir aquella misma noche. La otra, de una pulmonía que cogió "por llavar una bogada". Ambos murieron el mismo año.Si escudriñamos en el S. XIX, y hacemos un poco de antropología cultural, sabremos que para lavar la ropa,se usaba la "tina", encima de una piedra llamada "colaeru" y se recogía el agua en el "pisón "que estaba debajo. Como no había jabón se usaba "la cenrrada". Se colocaba la ropa en la "tina", se cubría con un saco para que no se manchara, para filtrarla, se añadía ceniza de leña y se iba vertiendo encima de todo, agua hirviendo, repitiendo la operación una y otra vez. Al parecer este proceso duraba hacia una semana, la ropa salía muy limpia y olía muy bien..
Mi bisabuela tenía un hermano, Juan, al que libró de la "mili" de entonces su madre (Lita) "haciéndose la tonta", según me han contado, para que posteriormente él fuera voluntario a no sé qué guerra (creo que la de Cuba) y morir nada más llegar de la fiebre amarilla. Al morir sus padres, los dos hermanos quedaron "con so güelu Pepe" (el padre de Margarita. Era un hombre muy religioso y al ponerse enfermo, el cura que era amigo suyo, quiso administrarle la extrema unción, negándose él y aduciendo como razones "que no podía morir, que tenía que criar esos dos nenos".
Los primeros pasos en la vida de mi bisabuela sin sus padres fueron crueles. Encontré un papel en el que se nombraba un tutor, a modo de acta notarial , roído parcialmente por los ratones que así lo atestigua.La cuidadora era Bernarda "la maneguera", que al parecer "peñábala'n banu pa ir a tirar los peoyos al carcabón. Diéren-y la tierra Treslasebe, que está detrás de La Capellanina". En resumen que eran demasiados los interesados en disminuir su patrimonio, incluyendo los 200 reales de la iglesia para misas y velas, en los que estaba tasada la Tierra del Castañeru de Riellames, donde aún tuve yo la oportunidad de ir a cerezas.
Fue transcurriendo su vida tan llena de azares como la que refleja cualquier novela del XIX, solo que la realidad siempre superó a la ficción. Hasta que un día, estando cosiendo en Lillo con una de Caliao, ésta le dijo:
-"Tu tienes una tía en Curueña. Tenís que ir a vela".
Y así lo hizo. Sin saber a dónde iba, sin conocer nada (he oído que sólo sabía dibujar la "S" de su nombre en "la borona"), emprendió una aventura que la llevó hasta Murias de Paredes (una casa con verja de hierro), después de haber gastado unas alpargatas en el camino.
Cuando llegó allí, la señora de la casa, como no podía ser de otra manera, le hizo muchas preguntas del pueblo, del "llavaeru" de Tresculo, de Fontalba, de la familia, hasta convencerse de la veracidad de sus palabras, acogiéndola entonces como el familiar que era.Como una vecina de la tía rompiera un brazo, estuvo sirviendo en su casa. De allí volvió a Caliao para casarse con Juan Calvo Rodríguez, quien vino de Madrd, donde trabajaba en una imprenta. Leo
ahora que Curueña (1338 m.de altitud), es una localidad que pertenece
al municipio de Riello en Las Omañas leonesas. Por tanto, perteneciente a
la vecina comunidad autónoma de Castilla-León.Murió en 1924 con 65 años.
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Esta es mi bisabuela Serafina Calvo Díaz. Me parece guapísima y la foto con un encanto inusual. Digo esto porque está firmada por J. M. Cordeiro, Calle de San Pelayo nº 9 LEÓN. Y eso sólo era posible estando con la familia de Curueña. |
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Pero, he aquí que buscando datos de Curueña, movido por la curiosidad, quiso la casualidad que diera con una obra capaz dedar sentido a todo. Cualquiera que quiera encontrarse con la historia de esta familia, debería ir allí:
Flórez de Quiñones, Marichelo: "Vicente Flórez de Quiñones y Tomé, una vida".
De esta obra, saco los datos de la familia que pretenden dar sentido a todo el relato:
D. Vicente Flórez de Quiñones y Rodríguez tuvo seis hijos:
- D. Antonio Flórez de Quiñones y Díaz, que fue sacerdote.
- D. Benito Flórez de Quiñones y Díaz, que emigró a Cuba.
- D. Carlos Flórez de Quiñones y Díaz, que emigró a Cuba.
- D. Máximo Flórez de Quiñones y Díaz, catedrático de instituto en Madrid.
- D. Juan Flórez de Quiñones y Díaz, que siguió en casa.
- D. Francisco, insigne jurista y padre de D. Vicente, de Dña. Encarnación y de Dña. Pilar.
Éstos son D. Carlos y D. Francisco.
Ahora bien, lo mejor es ir a fuentes mejor informadas y por ello recomendamosla obra: "
"Vicente Flórez de Quiñones y Tomé, una vida", en el apartado "Su Familia", pg.47 y siguientes, de Flórez de Quiñones, Marichelo.