No sabría decir a quién se le ocurrió que este año, para la cena de Nochevieja, había que elaborar un menú anticrisis, por aquello de que el año se las trajo para demasiada gente. ¡Ya sería demasiada si hubiera sido una sola persona! El caso es que medio en broma se fue decidiendo que el vestuario tenía que ser acorde con la intención y todos estuvimos de acuerdo: zapatilles, madreñes, la pana imperecedera, las camisas de leñador, la boina... en fin, un vesturio acorde con la realidad social.
Las chicas llevaban modelos que hubieran lucido sus abuelas sin desentonar demasiado.Aquí aparece Rosa Pilar antes de salir de casa.
Creo que lo conseguimos porque, al pasar por La Regata, nos alcanzó a R. Pilar y a mí un coche que iba en nuestra misma dirección, y al ver que no nos adelantaba, giramos la cabeza y era Bibi (Oliva Poli Glez.) y José Manuel Prado, "el taxista". Bibi nos dijo:
-¡Ay madre! Íbamos diciendo quiénes serán eses persones tan extrañes, con esos faldamentos.
-Nada, como si fuéramos rumanos.
Y esa creo que es la prueba de que el vestuario funcionó "a la perfección", como diría mi pariente Aquilino Poli Otero.
2 comentarios:
Oleee...... ese salero que siempre tiene nuestra querida Rosa!!!
Ya veo que lo pasaron muy bien ,y estais todos muy guapos
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