MAFALDA, UNA AMIGA

19 de febrero de 2015

Le estaba debiendo una visita y ayer, por fin, pude hacerla.Estoy hablando de mi amiga Mafalda, en su nueva ubicación, en el Parque de San Francisco de Oviedo. Los que nos tocó crecer con ella, con su visión crítica de la realidad, con su fobia a la sopa, con su inconformismo, con esa dosis justa de utopía que le permite a uno seguir creyendo que las cosas aún se pueden cambiar, le tenemos un cariño enorme. Bueno, a ella y a su "padre", Quino, por más que todos sepamos que en casos como este el personaje pasa a ser más importante que el autor al tener mucho de inmortal. De esto debería hablar más y mejor su paisano, Borges, al ser éste uno de sus temas recurrentes y preferidos. 
El caso es que estaba allí, tan cautivadora como siempre, esperando las numerosas visitas diarias de los que como nosotros supieron acercarse a hacerse una foto.Casi me atrevo a decir que nos estaba esperando.


 Otro sí digo: Su visión de la realidad sigue siendo tan válida hoy como entonces, su manera de entender el mundo guarda hoy la misma vigencia y le seguirá dando el mismo asco. Seguramente por eso la queremos, porque, en estos tiempos convulsos en los que nos ha tocado vivir, "la nuestra Mafalda" sigue siendo la misma. No nos ha defraudado. cosa que no es fácil. Claro que para entender esto en toda su magnitud, hace falta haber vivido mucho, hace falta peinar canas como es mi caso y que se te hayan caído tantos y tantos ídolos de la repisa.




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