UNA HISTORIA DE LLOBOS

28 de mayo de 2015

Decir por ejemplo que este es un paisaje que no existe, que es Socoballes, delante de lo que era el Hotel Balcón del Nalón de Nicanor Caballín y que ahora está cubierto por las aguas del pantano, por la Presa de Tanes, es mostrar la realidad tal como era.
 Tampoco vive Domingo Calvo Testón,"el alimañero", protagonista de esta historia quien supo hacer de su pasión un modo de vida. Como siempre, la imagen de un lobo cazado por él, al que le han colocado una presa en la boca, una cabeza de otro animal, con la idea de mostrar que es un gran depredador, que ello está en su naturaleza. Todos los elementos de esta fotografía (paisaje, hombre y lobo) no son elementos extraños a la memoria de mucha gente de Casu, sobre todo a los que tienen una cierta edad. Y no solo eso, van los tres de la mano, como algo inseparable. Tal vez sea esta la razón que me lleve a escribir una historia de llobos que bien podría ser un relato de ficción, aunque no le hace falta, sabedores todos que la realidad supera a aquella con suma facilidad. Procuraré ser fiel  a las palabras oídas y trascribiré los hechos con la mayor exactitud que me sea posible y el máximo respeto al lenguaje. 
Todo comenzó en el Puertu de Contorgán de Caliao, como tantas otras veces.
_ "Domingo puenxo una garduña a los llobas en La Requexaína. Como no había onde atála, amarróla a un soroyu. Cayó una lloba y tiró abaxu, hasta la riega, onde trabó. Parió ena garduña y comió toes les críes menos una, a la que no alcanzó.
 Cuando encontré a  Domingo que baxaba del monte - me cuenta Serrano Aladro- díxome:
- Mira lo que trao equí.
Y ensiñóme la cría de llobu que traía detrás de la camisa, en pechu, al calor del so cuerpu, como el que trae una alhaja. Cuntóme la historia de cómo había hayáu a la lloba ena garduña y que la había matáu a cayaazos. Después hayó al llobatu que traía tres la camisa y díxome que lu iba a criar  a la mano".
Y así fue como nació la  historia de "Baldroguín" el llobu que Domingo Calvo crió como a un perru y que puebla no pocas fotografías de la época, en un intento baldío de desafiar las leyes de la naturaleza. Todo fue bien hasta que "Baldroguín " sintió la llamada de lo salvaje, el instinto que anidaba en sus genes y atacó a quien lo había criado. Me cuenta la historia Domingo Blanco Blanco, 74 años (28/08/1940), de Buspriz, otro apasionado del monte y testigo directo del suceso.
"Aquel día andábamos a la maera pa Domingo, Mario Alonso Toyos, el de Encarnita, que era de Rioseco y yo. Arrastrábamos la maera col burru que tenía Domingo, el Jacinto. Habíamos acabáu y llegamos a La Puentepiedra, a so casa y sacómos Florinda una botella vinu y unes mazanes de mingán. Mentres les coíamos, Domingo dixo que iba a buscar al llobu a encima la llosa, onde lu tenía atáu. Acabamos apriesa, porque Mario había andáu de talanquera el día antes y tenía gana de ise. Yo baxé hasta el puente y estaba en chigre de Julio y Pilarina cuando sonó un tiru. En estes estábamos cuando baxó Florinda llamádome a voces pel nombre pa que subiera. Crucé el puente en un alíu y cuando llegué estaba Domingo Calvo sangrando pelos brazos y con un zarpazu ena barriga y el llobu dando enviones cola cabeza pa llavantase, como atrofiáu. Había tiráu-y un tiru de posta menudu. Mandóme rematalu y fécilo con un tiru de bala ena oreya, cola escopeta del 20. Más tardi esfollélu como me mandó y comiérenlu en Rioseco en cae La Gochera.
Después ya me cuntó Domingo lo que había pasáu. Baxaba col llobu de ramal y al paecer el llobu baxaba de mal coyón y dio-y un mordiatu equí, ena pulpa de la pierna (y señala con su mano mientras habla, los gemelos de una pierna). Domingo dio-y un cadenazu y el llobu llavantóse y tirose a elli de pie. Domingo sujetólu pel collar y peles narices mentres que Florinda-y daba fozazos pel llombu que non-y facín nada.
_Vete pola escopeta - mandó-y Domingo- que se podió desfacer del llobu lanzándolu p'alantre y agarrando la foz que dexó Florinda. El llobu fu tres ella hasta la puerte casa, pero cuando la vio descolgar la escopeta dio la vuelta. Fu en esi momentu cuando Domingo agarró la escopeta y tiró-y el tiru de posta.
Cuando llegué, Domingo estaba arrimáu al varganal. Estaba sangrando munchu y mandóme rematalu.
Yo baxé en bicicleta a Coballes a buscar a don Manuel, el médicu. Don Manuel subió a La Puentepiedra y volvió a baxar con Domingo en so coche a curalu a Coballes porque tenía munchu, y en so casa de La Puentepiedra non se arreglaba."

  Fuente: Marisa Poli

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