CIEN DÍAS DE SOLEDAD

27 de enero de 2018

Vista de la mayada de El Castiellu desde la de La Robre

Ayer 26 de enero de 2018, tuve la suerte de poder asistir a  la presentación de la película de José Díaz "100 días de soledad" en Caliao. La proyección se realizó en las instalaciones de Tierra del Agua. Además del protagonista, también asistieron el productor, José María Morales y el autor de la banda sonora Pablo Díaz, a los que pudimos saludar, dado que el acto se realizó como en familia . Su presentación en las salas de cine convencionales, tendrá lugar el 16 de marzo en toda España.
Asistimos emocionados un pequeño grupo de personas de Caliao o de la zona a la que resultó ser la tercera presentación oficial de la cinta; después de la primera en el festival de cine de naturaleza en EEUU, donde logró ser finalista y por tanto el espaldarazo para  un éxito asegurado. Luego se presentó en Asturias, en la Universidad Laboral (Gijón), con la asistencia de más de mil personas y ayer aquí en Caliao.
Comenzó el acto con unas emocionadas palabras de José Díaz, añorando a su gran amigo Pepe el de Nedina, a quien va a dedicar la película. 
Como era de esperar y en lo que a mí respecta, la película fue capaz de mantenerme las emociones a flor de piel desde el primero hasta el último segundo. Evidentemente tiene muchas lecturas y paradójicamente, muchas más para quien tiene los ojos acostumbrados a estos paisajes. 
En primer lugar, podríamos pensar que es una obra para el deleite de los sentidos: imágenes y sonidos son tan explosivos, de una belleza tan cautivadora que resulta difícil destacar un fotograma, aunque al final siempre hay alguno que pervive por encima de los otros. Los sonidos de la naturaleza conviven con la banda sonora  en un mestizaje fantástico, de tal manera que parece que ambos se esfuerzan en potenciar al otro y no restarle ni un ápice de protagonismo. La fuerza de la naturaleza hace que convivan la sobriedad de la lluvia con la persistencia del viento, el sonido cautivador del agua de un arroyo, con el silencio adormecido de la nieve en el bosque; el feedback de los primeros planos, con los planos generales; los farallones de caliza con los del bosque; los grandes árboles con los planos de sotobosque limpio en el hayedo; la explosión multicolor del otoño con el blanco uniforme de los paisajes nevados. Lo mismo cabría decir de la fauna, en la que cada animal reclama su parcela de protagonismo. Esta visión que llena los sentidos... ¡y de qué manera!, parece empeñarse en dar las coordenadas de Caliao, del Parque Natural de Redes, como una invitación ineludible a caminar, a disfrutar de una geografía que permanece pura a los ojos y al corazón de cualquiera que le apetezca visitarla.


El Yanón, en la Robre. Y las vacas que hubo un tiempo que yo llamaba por su nombre, conocían mi voz y venían  corriendo.
Otra mirada, no sugerida sino  que ya figura de forma explícita en el título con la palabra "soledad", invita a explorar los sentimientos; los del autor y los propios. Es un tomar cada uno su brújula personal y buscar lo verdaderamente importante. Estos son otros paisajes, los del alma, donde pastan los que se fueron, los que José Díaz refiere de forma nominal y hace que los ojos se nos llenen de lágrimas. Es una invitación a la mirada interior, a la búsqueda de lo más auténtico de nosotros  mismos, alejados de la prisa y de los ruidos cotidianos. Es la misma búsqueda que a través de la historia emprendieron otros; la misma que se refleja en esos pequeños cenobios medievales que encontramos en los lugares más inhóspitos. Es esta otra mirada  la que anima a ver la película una y otra vez, porque cada uno debe gobernar su propia búsqueda, la meta que se proponga, su propio destino. 
José Díaz nos deja claro que el camino de la felicidad no está en tener cosas sino más bien en descubrir la fuerza interior que cada uno llevamos dentro  y que nos permite ver y sentir todo de otra manera. Es la misma mirada del "Tener o ser" de Erich Fromm.
Algún día, José , encontraremos un rato y hablaremos de ello. Porque cuando algo habla de los sentimientos universales viene con vocación de quedarse. Por ello esta película va a permanecer mucho tiempo y, a ser posible, que todos lo veamos.


El Puertu de Contorgán, desde el Pandu Braña Gallina

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