El tiempo que nos lleva no pasa en balde, ni siquiera de puntillas; más bien se empeña en dejar huellas allí por donde pasa. Por un lado, en el papel, volviéndolo amarillo; con ese color sepia que le da empaque, valor añadido. Pero por otra parte, a la gente se empeña en robarle ese vigor de la juventud que en esta imagen se les escapa por todos sus poros. Es ley de vida, acostumbramos a decir, tal vez para ir acostumbrándonos a ese tránsito inevitable que nos espera a todos a la vuelta de la esquina.
Quedémonos con esta impagable imagen de juventud y que lo demás vrenga cuando tenga que venir.
Son, empezando por la izquierda, Tino el de Faustino, Lelia Aladro, Amadina Glez. Portugal, Aladino Glez, Pepe el de Antón y Juan Antonio Glez. Portugal (el de Juan de Felicidad).
Agachados Julio Glez. (el hermano de Juan Antonio, Felicidad y Amadina), Angelita Glez. (que luego sería su esposa), Zulima Glez. (La hermana de Aladino) y Felicidad González Portugal, Feli.
La imagen está tomada en un lugar de Caliao que no soy capaz de identificar.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
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