UN CONCEYU (1956)

15 de marzo de 2013

En caliao se llama "coceyu" a la reunión de vecinos convocada por el alcalde "a toque de campana tañida, reunidos los de mayor y más claro entendimiento...", como dicen las antiguas ordenanzas, para tratar de los asuntos de la comunidad. 
Por extensión, también se llama "conceyu" a una reunión de vecinos, como ocurre en este caso. Si no fuera por el calzado y fijándonos en el arbolado que se ve detrás, diría que está sacad en el "camín del monte". De lo que no cabe duda es de que se trata de una de esas fotos impagables que son capaces de retratar lo que era un alto en el camino en aquella época: una conversación animada, todos distendidos escuchando a Juan de Juana, que es quien les habla, mientras sacan la petaca y  "lían un cigarru de picadura". Por otra parte tiene otra particularidad, es capaz de reunir a los hijos de José el de Santos en la misma foto ( y en este sentido, tal vez sea única): Antón, Pepe y Santos los tres al unísono liando picadura.
De izquierda a derecha, Emilio Poli (el hijo de Victoriano), ¿? que está casi tapado, Juan González (el hijo de Juan de Cruza y de Manuela, con la bota en la mano. Emigró a Buenos Aires y cuando murió trajeron las cenizas de él y de su mujer a Caliao, a los orígenes); Antón Gonzalo, su hermano Pepe y su otro hermano Santos "col cayáu debaxu'l brazu", Juan de Juana (Juan Armayor Glez.), Maximino el de Ceci "col pitu na mano" y ¿? que se agacha para librarse del viento y encender el suyo.
La fotografía saltó de Caliao a Buenos Aires en una carta con el siguiente texto: "Para Anton que a pesar de casi entornar el carro sigue liado,1956". No sé quién se la mandó.
 Pepe el de Rosalía tenía pasión por su hermano Antón, lo quería mucho. Era el hermano mayor y habían compartido muchas cosas ¡Las veces que le he visto llorar cuando me hablaba de él! Claro que Pepe era de lágrima fácil, se emocionaba  a la mínima. "Antón y yo, dormiemos en horru hasta que se casó"..."el mismu horru" que puebla los días de mi infancia y que tanto se resistió a venirse abajo, hasta sucumbir a los rigores de la edad, delante de su casa en El Oteru.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.

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