Un hombre solo en medio de un paisaje de montaña. Es Bienvenido Gonzalo Sánchez, situado en un lugar donde la contemplación de lo que tiene a su alrededor es un regalo, un privilegio. Está sentado en "el cantu de El Martigal, detrás de la fuente de El Recuestu, un poco a la derecha.En El Martigal tenía el mio bisagüelu Xuan una cabana, que yo ya no conocí.El Martigal es un pequeño promontorio, con un pasto muy espeso y una vista imponente.
Bienvenido, "mio padrín" tiene delante de él, el Puertu de Contorgán, la niña de los ojos de los de Caliao, su despensa y el nudo gordiano de su capacidad para sobrevivir en los malos tiempos. Por eso lo supieron defender con uñas y dientes a través de la historia; por eso tuvieron claro desde el principio que su defensa superaba con mucho lo personal con todas sus filias y fobias. Se estaba hablando de lo colectivo, de la vida de un grupo humano.Y en este punto nunca hubo discrepancias. Al igual que otros pueblos, también Caliao tenía unas ordenanzas de pastos absolutamente pormenorizadas y que se respetaban escrupulosamente. Se vivía del ganado en exclusiva. Da buena fe de ello esta fotografía, que es capaz de captar con toda nitidez y con toda limpieza la "mayada de La Robriella", con todos "los poblos" en pie y ese cinturón de acebos protectores defendiéndola. Ahora Caliao es un pueblo de gente mayor, ya no se vive de la ganadería a título principal y eso supone el ocaso de "les mayaes" ("brañas" le llaman en otros lugares de Asturias como Somiedo y Cangas del Narcea entre otros). Así es que la realidad se presenta con muchas cabañas cayendo o caídas y lo que aún es más grave, con cambios en el paisaje:senderos cerrados, el matorral ganando la partida a la "campera" (pasto) y unas políticas ambientales que de lo que más se preocupan es de prohibir. No se pueden realizar quemas porque se quiere desbrozar, ni podar los "aceos" (acebos).A mí todavía me tocó podarlos para las vacas en algún otoño (sanmiguel le llaman aquí). Al final ni lo uno ni lo otro, aunque siendo justos, en la Piornosa se desbrozó estos años de atrás una parte del piornal. Se enteren o no los políticos de turno, el paisaje del que hablo, capaz de abanderar figuras de protección, como la de Parque Natural o Reserva de la Biosfera acabará cuando se acaben las vacas; porque ellas son capaces de seguir los ciclos de la naturaleza y obligar a los que están a su alrededor a hacerlo.
Ya me lo dijo hace muchos años Alfredo Armayor con otras palabras, aunque yo aquel día no me enteré del calado que tenían:
- "El monte va a perdése ¡No hay ganáu!"
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
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Olé
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