EN TIERRA DE LOBOS

28 de agosto de 2012

Cuando se habla del lobo ibérico, es frecuente admitir que conserva su hábitat al norte del Duero, así como hablar de la Sierra de la Culebra en Zamora como el lugar donde sus poblaciones conservan mayor densidad. No estoy demasiado seguro que siga siendo así, teniendo en cuenta que en la actualidad la trashumancia de las merinas está en franco retroceso y cuando ésta se practica se hace el traslado en vehículos de transporte. Por tanto la cabaña lobera tiene que buscar en la caza y en otros tipos de ganadería su sustento.
No obstante, siempre convivieron el lobo y el hombre. De ello da buena muestra la literatura (que siempre fue un espejo de la realidad) y una riquísima tradición oral que fue desgranando a través del tiempo anécdotas, sucesos y percances,al amor de la lumbre en mucvhos casos,  con este cánido como protagonista. "Cabra de todos cómenla los llobos"-dice el refrán-, por poner sólo un ejemplo.
 Con todo ello siempre fue difícil conciliar los intereses ecológicos y los económicos porque ni las varas de medir guardan la equidiostancia debida, ni las sucesivas administraciones tomaron el interés suficiente para conciliar los intereses de todos; agravándose el problema al tener legislaciones diferentes comunidades autónomas contiguas que comparten la presión de los mismos grupos de lobos, dándose el caso en que en unas es especie cinegética y en otras no.
La consecuencia de todo esto es que el lobo siempre fue y sigue siendo una especie maldita. En la actualidad los puertos de Caliao (Puertos de Contorgán) sustentan una densidad de lobos enorme y por tanto los daños causados a la cabaña ganadera también son grandes. Hay quien vio una manada de once ejemplares en la Mayada de Los Moyones (yo no manejo los censos que se supone maneja la Consejería), como también puedo afirmar que en Caliao este verano mataron tres terneros ("xatos") y produjeron heridas ("llagaren") a otro. Esto que yo sepa. Y cuando se intenta que las leyes protejan a todos, da la sensación que se prima la protección al lobo respecto al campesino que también se está terminando y con él una forma de vida, una cultura, una gestión del territorio que incluye la conservación de los pastos, de los bosques y de las vías pecuarias. De manera que los últimos habitantes de los pueblos son los verdaderos jardineros de la naturaleza con la que les toca convivir  y en este caso, que es un Parque Natural, reserva de la biosfera, los verdaderos y mayores interesados en que este espacio natural sea más habitable y mejor.
Evidentemente no siempre fue así y hubo un tiempo en que se subvencionaba a los alimañeros para que capturaran lobos (años sesenta y setenta). En nuestra tierra fue famoso Domingo Calvo Testón (en la imagen), que vivía en Puente Piedra y que llegó a tener y mantener un pequeño zoológico con los animales monteses de la zona, un lobo domesticado (el Baldroguín) entre ellos.
 Cuando cazaba un lobo andaba por los pueblos de la zona y se le daba pequeñas gratificaciones. Esta foto es muy ilustrativa de lo que decimos, pues muestra la captura de una loba, como el orgullo que siente por el trofeo con el que ha sido obsequiado.
Fuente: Manolín Poli

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