¡Qué cosas!Las personas que llenan esta fotografía son desconocidas para mí. Ellas que son la causa directa de la imagen.Eso sí, espero que alguna persona de más edad que yo ponga negro sobre blanco y nos ayude a todos un poco identificándolas. Ahora que vuelvo a mirar la fotograia, diría que la primera por la izquierda es Luisa Gonzalo Sánchez. El resto de información que nos proporciona, que es mucho, me resulta entrañable; casi diría que conmovedor. Es el marco geográfico de mi infancia, con la iglesia llena de desconchones en la argamasa, con el cuarto que intentó ser lugar de reunión para la mocedad de Caliao en aquellos años sesenta tan llenos de inquietudes y de ansias de cambio en todo el país. Eran días de optimismo "a calastraos". (¡Qué distinto de esta época tan deprimente, tan opresiva, tan sin luz al final del túnel! Ayer A. Gamoneda invitaba a los escritores, - sus colegas-, a protestar y a ser "numantinamente resistentes, pacíficamente revolucionarios...para luchar contra los molinos de viento"). Delante de la puerta, "en el cabríu" (cabildo) había un "llavaneru" (enlosado de grandes lajas "llávanes") donde jugamos a "la pedrica" ( "cascayu" o rayuela) quien sabe cuántas generaciones de "caliaetos". Con la última reforma, lo han quitado y el resultado final no ha mejorado lo que había. Lo mismo cabría decir con "la bolera", hoy embaldosada y con "la panda" de piedra de la que la vista hoy sólo se llena de hormigón.
Y qué decir del Colláu Guñu que se ve al fondo, todo de pasto (hoy es un "felechal") y si queda algún nostálgico que quiera buscar unas flores de manzanilla, que sepa que a no ser que las encuentre en el pasto "del camín de carru" no podrá encontrarlas.Todo lo que se ve al fondo, salvo el Prau de Guñu, hoy es un bosque de castaños. La disminución del hombre supuso un aumento proporcional del área de bosque. Para mí el paisaje perdió singularidad, calidad en términos de protección especial; aunque hay quien lo prefiere así.
Fuente: Serafina Calvo
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