La imagen era, más que frecuente, cotidiana en otro tiempo. Hablo de mi infancia cuando todas las mujeres llevaban mantilla cuando iban a misa. Este es un buen ejemplo de cómo evoluciona la historia porque hoy sólo se utiliza la mantilla española para actos de mucho renombre social, para actos religiosos "de etiqueta". Antaño era algo natural.
De las cuatro mujeres que traen mantilla para cubrir su cabeza en el acto religioso, sólo conozco a Luisa Gonzalo, que es la primera por la izquierda. Se supone que están delante de una iglesia o capilla, aunque yo no sabría decir ni cuál ni dónde.
Fuente: Serafina Calvo
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