Y llegado el momento, nada ni nadie fue capaz de poner riendas a la vida. Nadie fue capaz de sujetarla. La vida cuenta con una fuerza inamovible, milenaria, esperamos que imperecedera. Afortunadamente la vida cuenta con sus propios resortes ajenos a nosotros. Y cuando las condiciones sean adversas, siempre acabarán por salir brotes verdes, como una lección humilde, conmovedora, gratuita...
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