Si hay algo que no cambia a través del tiempo es las ganas de jugar de los niños y por contra, si un niño no tiene ganas de jugar, saltan todas las alarmas y ya hay que preocuparse. Nuestra infancia fue una infancia sin juguetes, pero llena de juegos al aire libre. La vida estaba en la calle y era tan grande, tan inabarcable, que en lo que a mi respecta fue absolutamente feliz. Recuerdo ahora que mi madre me decía: "Al salir de la escuela vienes pa casa". Evidentemente siempre había algo que hacer. Yo no iba nunca, y ahora que lo pienso, no lo hacía con mala fe; ni siquiera me acordaba. El mundo era demasiado ancho, demasiado sugerente. Al caer la tarde, muchas veces oía a mi madre llamarme a viva voz y claro, ya iba corriendo. Cuando alguien me encontraba en ese trance, me recordaba lo evidente: "Anda to madre llamándote a voces. Hoy prepárate que va a haber estopa". Recuerdo en particular una ocasión en la que me lo decía Manolo el de la pequeña, que estaba delante de su casa. En cambio no recuerdo de dónde venía, tal vez del riu Abeyeru. Llegaba el invierno y llegaban las mojaduras. ¡Cuántas sequé en casa de Consuelo la de Juan de Benito! Y cuantas en "cae de mio güela Aurelia, en la cocinona", mientras curaba la carne del samartín.
En este sentido, los elementos de la naturaleza cobraban especial significado. Llegaba la primavera y acabábamos en el río pescando furtivamente, de manera muy precaria: una vara de parra (avellano), un trozo de sedal, el plomo que nos ocupábamos de prepararlo aplastando un recorte de tubería y un anzuelo. En septiembre pescábamos a mano en aquellos regatos tan llenos de truchas: El Abeyeru,Riamolina, la riega La Gatera, la riega L'Aceu... o cuando nos íbamos a bañar "al ríu Grande". Ir a bañarse y no traer alguna trucha era un demérito.¡Y pensar que en la actualidad casi no hay una!
Y qué decir de los nidos, a los que personalmente tenía tanta afición. Me valió para conocer los pájaros, sus querencias, las formas de los nidos,el color de los huevos... E incluso en este campo han cambiado las cosas para peor. Disminuyó el número de pájaros de manera alarmante. Antes bastaba ir hasta Cortines y encontrar cuatro o cinco "nieros de papu bermeyu (petirrojo) en sucu d'arriba", cuando ahora no se encuentra ninguno.La razón no sé si achacarla al uso de pesticidas o a qué. Lo único cierto es que la realidad se muestra terca y lo que digo es evidente.
También tenían un significado especial otros elementos más simples, como un árbol o una piedra; porque se habían convertido en elementos de juegos recorrentes. No es casualidad que esta imagen esté tomada en Caleyu Xomperi, "onde forquen los caminos". ¡Cuántas veces jugamos en esa piedra! Me acuerdo de colocar unos soldados de plástico que veníanen los paquetes del detergente ESE, que eran muy pequeños, en la transición que hubo desde la pastilla de jabón LAGARTO, que era la que se usaba para lavar en los lavaderos públicos. Era mediada la década de los sesenta.La imagen que nos da pie tiene un significado espacial. Apareceen ella un camión de plástico, un juguete espléndido para la época, el primer juguete. Así que íbamos a verlo y a jugar con Emilio. Creo que se lo habían regalado unas amistades de Sama de Langreo que tenían un famoso comercio "El Colmado".
En la imagen aparecen Emma (una amiga de Mari Carmen , hija de los de "El Colmado") y los tres hermanos: Emilio, José Luis y Mari Carmen Gonzalo Calvo.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
Fuente: Daniel Gonzalo, el hijo de Pepe el de Antón.
1 comentarios:
Que voy a decir yo de chunperi, mis mojaduras eran de campeonato. Todas estas pequeñas cosas de cada día son para nosotros importantes a traves del tiempo. Yo lo considero un privilegio haber vivido en este entorno, aunque las necesidades de la epoca eran importantes. Pienso que en mi educación de ñiña todo esto me ha ayudado a comprender un montón de cosas a lo largo de la vida.
Un saludo M G
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