Como si de una guerra de guerrillas se tratase, llegó la nieve por sorpresa y encontró a los manzanos vestidos de primavera, con sus flores y sus hojas.
Y las flores que se han ganado el apelativo de pacíficas desde antiguo, no opusieron demasiada resistencia. En cambio aportaron esos chispazos de luz para componer un cuadro realmente bello.
Pero la nieve que tiene un destino de agua, acabará por ser fiel a sí misma y más pronto que tarde seguirá su camino.
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