LOS ARRUDOS: MIRADAS REPETIDAS

25 de octubre de 2013

Me sorprendo a mí mismo subiendo Los Arrudos como tantas otras veces y recreándome en su belleza. Que ese paisaje me siga llenado tanto la retina me resulta sorprendente. A mí, que los subiría de memoria, al igual que todos los que pasaron su infancia en Caliao. 
Luego caigo en la cuenta de que en la reciente cartelería de la Comarca del Nalón sólo figuran como "Monumentos Naturales" La Cueva Deboyu, La Cascada del Tabayón y La Ruta del Alba ¡ La absolutamente destrozada Ruta del Alba como monumento natural! Que alguien quiera llamarla natural no es del todo exacto. Ahora de lo que tiene más es de artificial. Alguien me dice que está pensada para gente con silla de ruedas, para minusválidos y sigue sin convencerme el argumento. Personalmente la encuentro desvirtuada. Con esto no quiero decir que la mano del hombre no deba completar la obra de la Naturaleza. Muy al contrario me parece algo absolutamente necesario, imprescindible, siempre que se haga con sentido común y con sentido de la mesura.
 Los Arrudos tal vez cuente con la ventaja de que el albur quiso que  alguien que no sale de detrás de la mesa de su despacho, sea quien decida y  no lo considere merecedor de una figura más amplia. Sólo cuenta con las manos de los de Caliao, mientras no falten; manos que son capaces de "ir dando puntaes" todas las primaveras (como ellos dicen), para que a mí y a otros nos siga pareciendo algo maravilloso, por lo que se pelearían los habitantes de medio mundo por hacerlo propio, si la ruta tuviera ruedas. Menos mal que no es así y que como ruta es dura. Ahí reside su fuerza, su grandeza y su encanto, por más que desde los ya lejanos gobiernos de Pedro de Silva, no me parezca que desde El Principado se acuerden de ella.Yo he visto políticos asturianos haciéndola, políticos que desarrollan su trabajo en Madrid, si bien creo que veían otras cosas de las que ven mis ojos. Con todo, espero que las imágenes hablen por sí mismas. Tal vez a alguien le parezcan lo mismo que a mí.


Musgo y hojas. Vida y agua. La naturaleza pródiga. Rincones que quiere atrapar para siempre la mirada.

El río, siempre el río, modulando la hoz desde que el mundo es mundo. Cada imagen pugna por el derecho de querer ser mejor que la anterior. Ésta está hecha en Prendeoriu, después de pasar la fuente.El río que acompaña todos los pasos cantando su canción de agua. Se puede decir de muchas maneras. Ayer Agustín González (el de Alfonso) nos decía en el chigre a un grupo de amigos refiriéndose a José Antonio Aladro:
- "Esti non quier oír a naide. Escapa pa Prendeoriu porque non quier oír más que el riu..."


Viendo esta foto, como no voy a recordar los versos de Machado:

La tarde más se oscurece; 
y el camino que serpea 
y débilmente blanquea 
se enturbia y desaparece.

Y después de la curva, el Praín de Bastián. Aquí se termina el valle y comienza la hoz, Los Arrudos. Pero desde aquí bajaron los carros de hierba en otro tiempo, lentamente hasta Caliao ¡Una vida de esclavos!


Y entre sombras, en un ambiente de frescura y complicidad van creciendo los musgos, los líquenes.


Y la mano del hombre haciendo el paisaje más natural, modificando la naturaleza sin que pierda su encanto. Hombre y medio caminando de la mano. Aunque haya quien no vea esto como un "monumento natural". No pasa nada. No hay peores ciegos que los que no quieren ver.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Un verdadero placer para los ojos y un remanso de paz para los sentidos. Es una de las pocas cosas que no cuestan dinero y merecen la pena.
En este caso no vale el dicho que dice que no hay peor desgracia que nacer en mala tierra.
Un saludo y muchas gracias por tus imágenes. M.G.